lunes, 7 de abril de 2014

Semana Cultural

Durante la Semana Cultural realizaremos diferentes actividades relacionadas con la Comunidad de Madrid.
Hoy lunes trabajaremos un cuento y actividades relacionadas, os lo dejamos aquí para que sigáis trabajando lo en casa.

EL OSO Y EL MADROÑO

Hace muchos años en un lugar llamado Asturias nació un oso
Pardo. Era muy bonito de color marrón y muy suave.
Unos señores que trabajaban en un zoo se enteraron del nacimiento del osito y fueron a buscarlo para capturarlo.
Cuando el osito vio a los señores se asustó mucho porque tenían pinta de ser muy antipáticos. Le cogieron y le montaron en un camión.
¡Así se llevaron al pobre osito!
El viaje fue muy largo. El osito estaba un poco mareado. Cuando el camión pasaba por una ciudad llamada Madrid el osito salió despedido en una de las curvas. El pobre voló por los aires y fue a parar en medio de un campo lleno de árboles. Al principio estaba un poco asustado por el golpe, pero cuando se recuperó quedo muy impresionado con aquellos árboles tan bonitos.
¡Eran madroños!
El pobre oso no sabía qué hacer, empezó a andar y andar y andar hasta que se encontró con una niña llamada Elisa. Elisa era una niña muy guapa, llevaba un pañuelo blanco en el pelo con un clavel rojo y un vestido precioso de lunares.
Elisa empezó a acariciar al osito y en el momento se hicieron amigos.
Elisa decidió que el osito tenía que tener un nombre y pensó que Pichi sería un nombre precioso.
Elisa llevó a Pichi a su casa porque pensó que tendría hambre. La abuela de Elisa había preparado un rico cocido madrileño, con garbanzos, pollo, chorizo, tocino, repollo, zanahorias y una sopa de fideos bien calentita. De postre torrijas.
Elisa pensó que lo siguiente sería buscar al oso un sitio para vivir.
Visitaron varios lugares de Madrid: el Palacio de Oriente, pero era un sitio muy grande para que viviera un osito tan pequeño; la Puerta de Alcalá, pero pasaban muchos coches, la Catedral de la Almudena, pero hacía demasiado frío dentro.
Elisa y Pichi estaban cansados de tanto andar por Madrid, por eso se sentaron en la Cibeles y aprovecharon para beber agua.
Por último visitaron la Plaza Mayor donde merendaron chocolate con churros. Decidieron que en este lugar había demasiada gente para vivir.
Al final Elisa decidió viviría que con ella y con su abuela en la casita del campo rodeada de madroños.
Para recordar esta aventura en Madrid tenemos una estatua de un oso agarrado a un madroño.
¡Pedidle a vuestros papás que os lleven a verlo!



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